Pocas temporadas del año son tan mágicas como la Navidad. La gente se contagia de alegría e ilusiones, y a ello contribuyen en gran medida los elementos decorativos en grandes espacios muy frecuentados.
Hablamos de esos enormes árboles navideños que maravillan con su tamaño de día y con su iluminación de noche, de escenas que despiertan la imaginación de niños y grandes con Nacimientos de tamaño natural o villas habitadas por personajes de fantasía.
La decoración monumental es un factor que influye en el estado de ánimo de la gente en general y de los empleados de una empresa en particular, y, por supuesto, en las ventas.
En la temporada decembrina, plazas públicas, edificios gubernamentales, corporativos y centros comerciales se visten de gala, creando una experiencia mágica para sus visitantes.
No se trata de si a tu empresa o institución la vistes de fiesta o no, sino de hacerlo con los mejores elementos ornamentales, tanto desde el punto de vista estético como de su durabilidad y seguridad.
Ante todo, seguridad
Como institución, compañía o gobierno, tienes la enorme responsabilidad de que las decoraciones que coloques sean seguras para las personas que pasen a su lado. En Fábrica de Ilusiones este es un aspecto al que ponemos gran atención.
Nuestras decoraciones monumentales están diseñadas incorporando materiales y estructuras que minimicen los riesgos.
Retandantes de fuego, un anclaje adecuado, la fuerza del acero, iluminación especial para exteriores, juntas bien afianzadas, todos son componentes que están ocultos bajo el colorido y luminosidad de las escenas y elementos decorativos, pero que hablan mucho, y bien, del profesionalismo con que se realizó el trabajo.
Este es uno de esos casos en que lo que no se ve tiene tanta importancia como lo que está a la vista y provoca alegría.
En Fábrica de Ilusiones somos detallistas en ambos aspectos. Nos preocupamos tanto por la seguridad de nuestras decoraciones como por sus terminados perfectos. Nuestra misión es crear ilusiones y magia en torno a la Navidad con nuestros ornamentos monumentales, mientras nos aseguramos de que las instalaciones sean seguras.
La diversión siempre debe ir acompañada de seguridad.